4.6.12

Qué hay que aprender?

En un post anterior planteaba la necesidad de trabajar al mismo tiempo que se cursa la Universidad, por lo menos en nuestro país.

Esta semana dos hechos me hicieron volver a pensar en esta cuestión. El primero de ellos fue el planteo de una alumna de la facultad a la que le llamaba la atención que, en Buenos Aires, tantos chicos trabajasen y estudiasen al mismo tiempo. Algo que no es tan frecuente en el interior del país. Ella es de Bahía Blanca y lo habitual es que los estudiantes no se inicien en un trabajo hasta después de recibidos.
Pensé, entonces, que la idea de "trabajar y estudiar" aplicaba a Capital Federal y Buenos Aires y que mi apreciación tenía  más que ver con un centralismo del tipo "Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires" y una extrapolación de la problemática de nuestros pagos a todo el país, olividándome de las particularidades de cada región.

El otro episodio está relacionado con una evaluación psicotécnica de una joven contadora que aplicaba a la coordinación administrativa de una empresa multinacional. Me contaba que, hace unos días, fue a la sucursal del banco en la que tiene radicada su cuenta - sueldo para retirar sus depósitos en dólares. La cajera le dijo que en ese momento no tenía la disponibilidad del dinero (no era una gran suma, 10 mil dólares) y que volviese antes del cierre del horario bancario para concretar la operación. Mi evaluada no se quedó tranquila y, desde su oficina a media cuadra del banco, prestaba atención a ver cuando llegaba el camión de caudales que, teóricamente, traía los billetes. Cuando vio que la transportadora de valores efectivamente arribaba al local, se apuro y se acercó al banco para volver a insistir en el retiro de su dinero. El muchacho que estaba en la recepción le pidió que se dirigiese, directamente, a la oficina de la gerencia y allí concretó la operación.

Independientemente de los comentarios relacionados con la política económica, me pareció interesante que esta profesional de 27 años pusiera tanta energía en su cometido. Según me dijo, la experiencia transmitida por su padre respecto a otros episodios vividos en el país la hicieron preocuparse - y ocuparse - de cuidar su patrimonio. Su decisión poco tiene que ver con lo aprendido en la facultad...
Habrá que investigar qué sucede con los profesionales recién recibidos, en las grandes ciudades del interior del país y su posterior ingreso al  mercado laboral. Me ocuparé del tema en otro post.

Pero lo que no cabe duda es que académicamente no puede abarcarse la cantidad de conocimientos informales que hacen falta para desenvolverse con soltura y éxito, en entornos laborales como los que nos toca vivir.
Es probable que la lista de ejemplos, como el de "mi contadora", pueda extenderse ilimitadamente y recorrer áreas de trabajo bien diferentes.
Quizás debamos aceptar que la facultad debe complementarse lo antes posible con la práctica.
O se me ocurre que al  mismo tiempo se debe incluir en los programas académicos materias obligatorias y comunes a todas las carreras como:

Trabajo en blanco, en negro o "parte y parte".
Cómo manejarse cuando estás bajo convenio o fuera de convenio.
Posibles escenarios cambiarios: oficial, paralelo, blue, black, para exportar, para importar, para viajar o para abrir la puerta y salir a jugar.
Evaluaciones de desempeño, como cumplir sin involucrarse.
Manejo político, busqueda de apoyo. 
Hablando con el sindicato.
Cómo dar coima pero que no parezca.

Espero más sugerencias!!

2 comentarios:

Nestor Santa Ana dijo...

Hola Gabriel, con gran alegria me sume hoy al mundillo de tu blog! Felicitaciones, me encanto!
Sin duda alguna, tus reflexiones son las que diariemente se nos plantean, entre tantas otras, en al ambito profesional y en lo personal. Quienes ya hemos pasado, hace ulgun tiempo, por la experiencia de estudiar y trabajar simultaneamente, tal vez hoy podamos fantasear con ¨volver atras",en algunas cosas, y hacerlas de otra manera. Pero lo cierto y concreto es que, "lo hecho,hecho esta" y que sus beneficios tendra!!
A menudo, en mi condicion de empresario, encuentro jovenes profesionales en ambas condiciones, y sin duda alguna el valor agregado de la experiencia es un diferencial, que en contextos tan dinamicos y desafiantes como el nuestro, tiene un "valor especial". Ese valor especial de la experiencia,que a veces llamamos curva de aprendizaje, es lo que ingenuamente nuestro actual y tradicional modelo cultural de formacion sigue sin aportarnos. Es nuestro deber desafiar ese paradigma, de lo contrario nuestros hijos y nietos se haran planteos similares a los nuestros.
Te dejo un fuerte abrazo y gracias por tus motivadoras reflexiones!

Gabriel Schwartz dijo...

Gracias Néstor, por tu comentario. Muy interesante tu aporte en base a tu experiencia desde el ámbito empresario.
Si tomamos conciencia de esta necesidad, tanto empresarios como estudiantes y consultores sabremos encontrar los medios para concretar la posibilidad de "trabajar y estudiar".